Queridos hermanos y hermanas en la fe en Jesucristo.
Gracia, paz y esperanza nos sean dadas por la bondad de Dios
para con nosotros.
Desde hace unos días un texto de la Sagrada Escritura, viene
a mi memoria y alma en repetidas ocasiones:
“ Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en
afrentas, en necesidades en persecuciones, en angustias; porque cuando soy
débil, entonces soy fuerte “, 2 a Corintios 12: 10
Todos recordamos el listado de los sufrimientos del Apóstol,
y como esos sufrimientos no le derrotaron jamás. La explicación es que la
confianza en la gracia, presencia y poder de Dios, era superior a las
dificultades por las que atravesó a lo largo de su vida. Nunca huía de los
dificultades ( debilidad) , le hacía girarse
en fe, mirar a Jesús y enfrentar todos los
problemas y luchas ; y la consciencia de que no era posible solo, le aumentaba
la dependencia de Dios, la cuál le hacía fuerte. De ahí su frase, cuando soy
débil, entonces soy fuerte.
En nuestro mundo de hoy, creíamos que eramos fuertes, que todas nuestras respuestas estaban
en la ciencia, la economía y la
tecnología. Que podíamos vivir en nuestro hedonismo e individualismo egoísta; y ha surgido un
virus que nos ha devuelto a la realidad,
y que ha puesto en evidencia la fragilidad
de nuestra forma de concebir y
vivir la vida; que nos devuelve a la realidad de nuestra debilidad humana. En esta situación de pandemia muchas
cosas se ponen en evidencia, la locura de reducir gastos en nuestros sistemas de
salud. Consciencia de nuestra
deshumanización que lleve a pensar que hay
que destinar… “ el uso de todas
las camas disponibles para los pacientes con mayor probabilidad de recuperación” o elegir quién ingresará en la UCI según su
esperanza de vida”. Son tiempos en los
que cada uno sacará lo que lleve dentro, sea bueno o sea malo; generosidad o
egoísmo, grandeza o bajeza humana; de todo esto estamos viendo y seguiremos
viendo. Como cristianos, estamos
llamados a ejercer una labor profética, a
mostrar que con Jesucristo, tenemos una trascendencia, que nos lleva a
buscar las cosas perdurables; el amor,
la fraternidad, la solidaridad, la justicia, la esperanza…,
En estos días de zozobra y desgracia para la humanidad,
sufrimiento real de miles de ciudadanos y temor justificado de millones, oramos;
si oramos por los de la familia de la fe, hay
hermanos y hermanas que han
contraído esta infección del Coronavirus -19, pero por todos, en este país y en
el mundo. La forma de tratar a las personas en los momentos más oscuros o
difíciles de su vida, es una prueba de
nuestra humanidad. Si, tenemos que hacer la historia independientemente de
nuestra voluntad o si nos vemos capaces para ello o no. Por eso recordamos las
palabras …, “ cuando soy débil, entonces soy fuerte”.
Y oremos que Europa,
más allá de que cada Estado tome sus propias medidas, sepa dar una respuesta
coordinada y ambiciosa a esta crisis sanitaria.
Que la sabiduría y la responsabilidad guíen nuestras acciones y de los gobernantes
en estos días. Que la certeza de la presencia de Dios nos de fortaleza y esperanza. Que cuando pase esta crisis seamos más “fuertes”
y justos. Nosotros y nuestra
sociedad.
Un abrazo fraternal
en Jesucristo
José Eugenio Burguillo Martín
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